No es sorpresa
que todas las reformas y recortes que han tenido lugar en los últimos años
estén provocando la degradación de la calidad en la enseñanza pública. Lo que
no nos esperábamos este año era que habría estudiantes de institutos que se
desmayaran en las aulas debido al calor, y que éstas superaran los 30ºC, hecho
penado por el código penal[1][2][3].
La falta de
instalaciones como aire acondicionado o ventiladores, la masificación de las
aulas, la utilización de barracones (hechos que ya se venían dando otros años),
el adelanto de las clases de enseñanza mediana en el País Valenciano a la
primera semana de septiembre y las elevadas temperaturas causa de la ola de
calor que hemos sufrido en la última semana han sido una receta perfecta para
dar unas temperaturas y condiciones infrahumanas, difíciles de ser soportadas
por el estudiantado o el profesorado, y por lo tanto imposibilitan dar clases.
Muchas clases
se han suspendido en los centros de estudios del País Valenciano, después de
que el profesorado o la dirección del centro lo hayan decidido. Ya se han hecho
algunas protestas simbólicas como ir a los centros en bañador y toalla, o dar
clases en el patio.
Desde el FEPV
queremos denunciar esta situación. Por un lado, la decisión antidemocrática e
incoherente de avanzar las clases por parte de Conselleria[4];
y por otra, la deficiencia en las infraestructuras del centros de estudios del
País Valenciano. Animamos a los y las estudiantes a coordinarse con el
profesorado para suspender las clases hasta que las condiciones en las aulas
sean soportables. Además, pedimos que se tomen medidas como instalar máquinas
de aire acondicionado o ventiladores, disminuir la ratio de alumnas por aula,
que se dejan de utilizar los barracones como aulas, etc.
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