martes, 3 de febrero de 2015

3+2. El paso final de la Estrategia Universitaria 2015

El pasado viernes 30 de enero tuvo lugar el Consejo de Ministros que aprobó el Real Decreto en el que se introduce una nueva modalidad de plan de estudios para las enseñanzas universitarias oficiales: 3 años de grado y 2 años de máster.
Según el Gobierno y el Ministerio de Educación, encabezado por Ignacio Wert, los objetivos son mejorar el sistema universitario impuesto por el Plan Bolonia y flexibilizarlo. En sus palabras:

“En el proceso de adaptación de los sistemas de educación superior a Bolonia, la mayor parte de los países adoptaron un sistema flexible mediante el cual las titulaciones de Grado pueden tener entre 180 y 240 créditos y las de Máster entre 60 y 120 créditos […]. Por el contrario, España adoptó un sistema rígido, según el cual, los Grados tienen 240 créditos y el Máster 60.”
“El sistema 4+1 escogido por España es una rareza en el ámbito europeo […]” [1]

Los argumentos del gobierno para esta reforma, son: flexibilizar los planes de estudio, pudiendo hacer diferentes combinaciones de grado y máster para determinados créditos; aumentar la autonomía universitaria; facilitar la movilidad y la internacionalización de los estudiantes; aumentar la empleabilidad; y ahorrar gasto a los estudiantes y sus familias.
Sin embargo, la reforma tendrá unas consecuencias muy diferentes, teniendo en cuenta en qué marco se aplica, cuál es el contexto y la realidad del mercado laboral del nuestro país, y la realidad de las universidades españolas. Este Real Decreto es un verdadero atentado contra la educación superior pública, que lleva años sufriendo duros golpes desde la implantación del Plan Bolonia: el primer paso de la Estrategia Universitaria 2015.
Por partes:
El Gobierno y el Ministerio de Educación suponen que al introducir una nueva ordenación de los estudios, las universidades pueden “elegir” entre varias fórmulas para confeccionar sus carreras. Sin embargo, la situación económica de las universidades españolas, que alcanzan una deuda de 1400 millones de euros [2], obligará a muchas a “elegir” forzosamente este nuevo plan, que requiere menos presupuesto (menos profesores, menos horas lectivas, menos infraestructuras…) [3]. Esta situación acentuará las diferencias entre aquellas universidades con más capacidades y recursos, y las más maltrechas por la crisis.
Por otro lado, se hace referencia a un mayor ahorro por parte de los y las estudiantes, y a una mayor empleabilidad de estos. No se tiene en cuenta que el paro juvenil supera el 50%, ni tampoco que hay una gran cantidad de parados con licenciatura, máster, idiomas y experiencia, que estarán mucho más preparados que con un grado de 3 años. La realización de los 2 años de máster va a ser un requisito mínimo a la hora de conseguir trabajo, por un lado, y seguir con estudios de doctorado, por otro. Si con Bolonia vivimos la privatización de los 5º de licenciatura, ahora vivimos la privatización de los 4º de grado.
Los hijos e hijas de familias trabajadoras solo podrán obtener grados de 3 años [4], y acabarán siendo mano de obra barata en trabajos precarios. Los grados de 3 años tendrán temarios reducidos, más generales, y al fin y al cabo, devaluados.
La armonización con el resto de Europa tampoco es una argumento válido, puesto que el modelo de 3+2 no es mayoritario ni hegemónico en Europa. La duración de los grados y los másteres es más bien variable entre los distintos países [5].
Esta reforma también es un ataque a los trabajadores y trabajadoras de enseñanza superior, ya que se van a reducir las horas docentes, y por lo tanto, peligran sus puestos de trabajo. Las horas de docencias se reducirán ya que los y las estudiantes que no puedan acceder al máster serán la mayoría (aunque 4+1 y 3+2 sean los mismos años).
Este Real Decreto está dentro del marco de la Estrategia Universitaria 2015, un proyecto de reformas promovidas por la Unión Europea y el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), que pretende “armonizar los distintos sistemas educativos de Europa”, o más bien, y sin eufemismos: privatizar, mercantilizar y devaluar la educación superior europea. Primero fue el Plan Bolonia, luego el Real Decreto 14/2012 (aquel que subió las tasas un 66%, entre otras medidas), pasando por la LOMCE, y finalmente, el último paso de la Estrategia Universitaria 2015, es este Real Decreto que impulsa el 3+2.
Desde el Frente de Estudiantes del País Valenciano nos posicionamos totalmente en contra de esta medida. Apoyaremos las movilizaciones que surjan en este sentido, y no permaneceremos quietos ante tal ataque.
¡Esta reforma la pararemos!

¡3+2=ruina!

#NoAl3más2

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